La pelvis es una estructura ósea compuesta por el hueso sacro y los dos ilíacos que lo abrazan lateralmente. Dentro de cada ilíaco encontramos una cavidad, que es el acetábulo, donde se va a articular con la cabeza femoral, formando la articulación conocida como la cadera.
Es una articulación que genera 3 tipos de movimientos:
- Flexión- extensión (en el plano sagital).
- Abducción- adducción (en el plano frontal).
- Rotación interna- Rotación externa (en el plano transversal).
Cuando movilizamos la cadera, indirectamente estamos generando un movimiento en nuestro hueso ilíaco, siendo los más significativos en cuanto a la apertura del diámetro inferior de la pelvis, los de rotación.
El diámetro inferior o estrecho inferior de la pelvis, se define entre el coxis, los isquiones y el pubis. Este espacio será el apartado final del conocido canal de parto y a través del cual se produzca el nacimiento del bebé.
Aclaro que me gusta más utilizar el término diámetro con mis pacientes, dado que asociamos la palabra «estrecho» con una cualidad directa de la pelvis. Es decir, asociamos al término «pelvis estrecha».
Como os comentaba, la movilidad de la cadera incide directamente en los ilíacos.
Con el movimiento de rotación interna el isquion tiene una ligera apertura. Por lo tanto, abrimos el diámetro inferior.
Mientras que con la rotación externa, acercamos los isquiones entre sí, estrechando el diámetro inferior de la pelvis.
Por esto es muy importante en consulta valorar la movilidad de la pelvis durante el embarazo.
Y acompañar a las embarazadas dotándoles del conocimiento de cómo funciona su cuerpo y cómo el movimiento es una herramienta fundamental tanto el embarazo como en el parto.
