¿En qué consiste el latigazo cervical?
El síndrome del latigazo cervical se conoce también como Whiplash o esguince cervical.
Consiste en un mecanismo lesional a través de un movimiento de aceleración-desaceleración de la zona cervical, producido por un traumatismo directo (como un golpe) o indirecto (como el que se da en una colisión entre vehículos).
Esta colisión genera una hiperflexión seguida de una hiperextensión, o a la inversa, una hiperextensión seguida por una hiperflexión de la cabeza. Condicionará la gravedad del impacto no solamente la intensidad y velocidad del golpe. También otros factores como la previsión del impacto (que nos hayamos dado cuenta de que se iba a producir), que tengamos la cabeza girada en el momento del traumatismo, etc.
Dado que no únicamente se produce un movimiento a nivel de las estructuras cervicales, sino que también existe un desplazamiento intracraneal de la masa cerebral, es de vital importancia que la víctima del accidente sea valorada por el profesional médico de urgencias para descartar cualquier lesión neurológica grave.
Por suerte, la afección más habitual en este tipo de impactos, suele ser sobre los ligamentos a nivel de las últimas vértebras cervicales y la cápsula de las articulaciones interapofisarias.
¿Qué síntomas produce el Síndrome de latigazo cervical?
En primer lugar, es necesario aclarar que muchos de los síntomas no comienzan de inmediato, si no pasadas entre 24 y 48h. Por ello es muy importante esperar ese margen de tiempo para poder valorar si es adecuado recibir un tratamiento de fisioterapia o si deberíamos dejar unos días antes de acudir a consulta.
Sí os adelanto que tendremos un papel fundamental en la recuperación del Whiplash o síndrome del latigazo cervical.
En cuanto a los síntomas más comunes que suelen aparecer son:
- Sensación de rigidez en el cuello, con o sin limitación de la movilidad.
- Dolor cervical.
- Puede aparecer en la radiografía (Rx) la llamada rectificación cervical, en la que la columna cervical ha perdido la curvatura o lordosis que la caracteriza y vemos que las vértebras dibujan una recta perfecta en conjunto.
- Mareos y/o nauseas.
- Irradiación hacia los miembros superiores, con sensación de dolor o parestesias (sensación de adormecimiento y hormigueo).
- Dolores de cabeza (cefaleas o migrañas).
- Puede exacerbar un dolor a nivel lumbar, por el estiramiento a nivel de las meninges y por la posición de la pelvis en el momento del impacto.
- Puede haber dolor y disfunción a nivel de la articulación temporomandibular (ATM).
- Alteraciones visuales.
- Puede generar alteraciones en el plano cognitivo y emocional: como dificultades para conciliar el sueño, estrés postraumático, trastornos cognitivos… Es de suma importancia que nuestro paciente acuda a un profesional de la psicología para ayudarle a superar esta situación. Y que nosotros, como profesionales de la fisioterapia, sepamos derivarle a este servicio, para que reciba la atención completa y multidisciplinar que necesita.
¿Cómo puede ayudar la fisioterapia?
Nuestro papel es muy importante en la recuperación del esguince cervical.
Es necesario ayudarnos de técnicas que disminuyan su dolor y mejoren su movilidad a este nivel, tanto para la actividad diaria como para retomar su actividad deportiva.
Para la disminución del dolor y mejorar el estado de los tejidos, nos ayudaremos de técnicas como la electroterapia, terapia manual, punción seca de los puntos gatillo y movilizaciones pasivas de todas las estructuradas involucradas.
En general, no somos partidarios de la inmovilización del cuello mediante collarín, a menos que el grado de lesión justifique su uso. El motivo es que la inmovilización excesiva favorece la pérdida de masa muscular y la rigidez articular.
Será necesario realizar con nuestro paciente un programa de ejercicio terapéutico para conseguir su rehabilitación completa mediante el fortalecimiento muscular y poder recuperar su calidad de vida.
Si necesitas aclarar cualquier duda respecto a esta patología, te enlazo AQUÍ cómo puedes contactar conmigo.
