Mujer y suelo pélvico,FISIOTERAPIA

Posturas y hábitos que debilitan el suelo pélvico sin que lo sepas

El suelo pélvico es una parte fundamental de nuestro cuerpo, responsable de sostener órganos vitales como la vejiga, el útero y el recto. Sin embargo, muchos de nuestros hábitos diarios y posturas pueden debilitarlo sin que nos demos cuenta. Identificar y corregir estos comportamientos es clave para mantener un suelo pélvico fuerte y saludable. A continuación, te contamos cuáles son los más comunes y cómo puedes evitarlos.

1. Sentarse con las piernas cruzadas

Aunque es una postura cómoda y habitual, sentarse con las piernas cruzadas puede ejercer presión en el suelo pélvico y en los músculos circundantes. Esta posición puede llevar a un desequilibrio muscular, afectando la estabilidad de la pelvis y debilitando el suelo pélvico a largo plazo.

Consejo: Trata de sentarte con los pies apoyados en el suelo y las rodillas alineadas con las caderas.

2. Levantar objetos pesados de forma incorrecta

Levantar peso sin la técnica adecuada no solo pone en riesgo la espalda, sino también el suelo pélvico. Al levantar objetos pesados, es común que se ejerza una gran presión en esta zona, lo que puede llevar a un debilitamiento o incluso a prolapsos.

Consejo: Siempre que levantes algo pesado, dobla las rodillas, mantén la espalda recta y utiliza los músculos de las piernas en lugar de los de la espalda y abdomen.

3. Retener la orina por prolongados periodos

A veces, por falta de tiempo o comodidad, tendemos a aguantar las ganas de orinar. Sin embargo, este hábito puede ser perjudicial para el suelo pélvico, ya que sobrecarga la vejiga y los músculos que la sostienen, debilitándolos con el tiempo.

Consejo: Intenta no posponer ir al baño cuando sientas la necesidad.

4. Esfuerzo excesivo al defecar

El estreñimiento y el esfuerzo excesivo al defecar son factores de riesgo para el debilitamiento del suelo pélvico. Empujar con demasiada fuerza aumenta la presión intraabdominal, afectando negativamente a estos músculos.

Consejo: Mantén una dieta rica en fibra, bebe suficiente agua y considera el uso de un banquito para elevar los pies mientras estás en el inodoro, lo que facilita la evacuación.

5. Uso frecuente de tacones altos

Los tacones altos alteran la postura natural del cuerpo, inclinando la pelvis hacia adelante y aumentando la presión sobre el suelo pélvico. Este cambio postural puede contribuir al debilitamiento de los músculos en esa zona.

Consejo: Limita el uso de tacones altos y opta por calzado más cómodo y con apoyo adecuado para el arco del pie.

6. Respiración incorrecta

La respiración torácica, en la que se usa principalmente el pecho para respirar, puede provocar una falta de activación del diafragma y, en consecuencia, un suelo pélvico débil. La respiración profunda y diafragmática, por otro lado, ayuda a coordinar los músculos abdominales y pélvicos.

Consejo: Practica la respiración profunda y diafragmática, asegurándote de que el abdomen se expanda al inhalar.

Conclusión

Mantener un suelo pélvico fuerte es esencial para nuestra salud general, y ser consciente de estos hábitos y posturas puede marcar una gran diferencia. Incorporar pequeñas correcciones en tu día a día no solo protegerá tu suelo pélvico, sino que también mejorará tu bienestar general

También puede gustarte...